Las neurosis, ¿amigas o enemigas?

Casi todos somos neuróticos. Eso no es ninguna lástima, ni defecto…, siempre y cuando aprendamos a negociar con las neurosis para que nos ayuden a vivir.

Renzo cierra la puerta de su casa con llave, va hasta la esquina y en la esquina se pregunta si se acordó de cerrar; vuelve, verifica que la puerta está cerrada, suspira de alivio y camina contento tres cuadras hasta la parada del colectivo. En la fila de la parada hay una señora con un manojo de llaves en la mano. Renzo se pregunta de pronto si ha cerrado la puerta de su casa; cree que sí pero no puede recordar la imagen de su mano, la llave y la cerradura. Duda. De pronto, cuando el colectivo ya se perfila en la otra cuadra, Renzo cede a la duda y desanda las tres cuadras apresuradamente. Con un suspiro de alivio y otro de fastidio verifica el cierre otra vez. Se dice basta, se dice que no debe ser tan aprensivo, vuelve a surcar las tres cuadras, toma el colectivo, llega a casa de Silvia. Busca el llavero para abrir: sabe que Silvia no está, que vuelve de su trabajo dentro de media hora. Pero esta vez no encuentra su llavero en el bolsillo. ¿Dónde lo ha puesto? Se da un golpe en la frente: ¡se lo dejó puesto en la cerradura de su casa! Colectivo en dirección inversa. Carrera desde la parada hasta la puerta. Puntada de angustia. La puerta está cerrada, pero la llave no está en la cerradura. ¿Han entrado y se han llevado todo? Renzo manotea desesperado el picaporte. ¡La puerta no se abre! Renzo lanza un grito mientras abre los brazos, y los deja caer, abatido. Cuando los brazos caen contra las piernas, la mano izquierda golpea contra algo que hace ruido metálico.
Las llaves han estado todo el tiempo en el bolsillo izquierdo, donde Renzo nunca las guarda.
¿Por qué ha sucedido semejante desbarajuste? ¿Por qué Renzo ha sufrido tanto, a partir de un motivo tan trivial? ¿Por qué ha perdido tanto tiempo y hasta dinero? Y, sobre todo: ¿por qué ha desperdiciado semejante monto de energía psíquica (y física) en pelearse inútilmente consigo mismo?
Lo entenderemos si nos tomamos el trabajo de conocerlo a Renzo, de investigar su forma de conducirse, en la vida en general. Descubriremos que es un exitoso programador, que tiene un auto y una moto y se encarga de mantenerlos y repararlos íntegramente, que nunca ha tenido que pagar un centavo en concepto de multas de tránsito, que guarda los comprobantes de sus gastos, uno por uno, desde hace treinta años…
Dicho de otro modo, Renzo es un as del control.
Pero, por ese mismo motivo, cuando Renzo sufre de un conflicto emocional, tiende a expresarlo a través del control, es decir, a través de la exageración irracional del control: eso fue lo que le pasó con la puerta y las llaves. También, a través del descontrol: el manoteo del picaporte, el grito…
La propensión a magnificar el impulso por el control, con sus ventajas e inconvenientes, es uno de los tipos de neurosis más importantes. Se la denomina neurosis obsesiva. Existen otros tipos, de los que trataremos en otras publicaciones.

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